Según el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española), el incesto es definido como una relación carnal entre parientes dentro de los grados en que está prohibido el matrimonio.
Para las sociedades sujetas a un consumismo, el incesto es una práctica mal vista debido al componente amarillista que se le puede dar a este tipo de relaciones; dicho componente amarillista se conforma debido a que al existir grados de familiaridad “no es posible” establecer relaciones afectivas para establecer un núcleo familiar.
Dichas sociedades se han encargado en crear mitos que estigmaticen el hecho de practicar el incesto. Es el caso de la creencia popular que afirma que los hijos concebidos entre el incesto, poseen tendencia a enfermedades asociadas con malformaciones genéticas. Este idea tesis carece de fundamentos científicos y corroborables por el hecho de que en distintas comunidades existen muchos casos donde primos, hermanos o padres e hijos; han creado familia a partir de ésta práctica y el resultado de estos incestos conocidos, son personales totalmente normales, sin ninguna discapacidad física ni cognitiva.
Otro factor que influye a que el incesto sea mal visto por la sociedad, es la influencia mediática que ha manipulado y tergiversado las conformaciones de núcleos familiares bajo esta figura. Es el caso reciente que ha sido noticia en Colombia, al mostrar una familia donde la hija ha ocupado el lugar de la figura materna en su núcleo familiar en todos los aspectos, incluso en el sexual; tal vez por falta de apego en la relación padre e hija, volviéndose permisivo el acto sexual y que el padre mire a la hija no como descendiente sino como mujer. En este caso, los medios se enfocaron en penalizar la parte sexual del incesto y pasaron por alto el hecho de que existía un trasfondo: la hija ocupa el lugar de la madre cuando ésta falta y lo hace bajo su voluntad, realizando las tareas comunes de una madre como los son la bores del hogar, crianza de los “hijos” y supliendo necesidades afectivas y sexuales para su pareja que en este caso es su padre.
Inclusive desde lo religioso se puede vislumbrar principios de incesto; puesto que en los inicios de la propagación humana, partiendo de Adán y Eva quienes engendraron a Caín y Abel y a dos mellizas quienes se convertirían en las consortes de dichos hermanos. Abel al negarse frente a esta figura, Caín lo mató y se caso con su hermana. El incesto ha estado presente durante muchísimo tiempo atrás y se ha visto como una práctica normal en pueblos indígenas americanos e incluso en las familias de la realeza europea.
Para concluir se pude decir que la práctica del incesto como método de conformación familiar no es algo malo dentro la práctica pura sino que la sociedad se ha encargado de que sea mal visto al juzgar y dejarse llevar por el lado amarillista del fenómeno mediático, las sociedades deberían de ser más tolerantes frente al tema, reconociendo que la falta de apego entre integrantes del grupo familiar puede generar incesto.
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